Pies sagrados, vehículos de andar
nada como salir a caminar
día soleado, nada puede faltar
vidas enteras que confluyen al deambular
comienza la interminable caminata
fuerte la corriente que desata
la gente sonriente dientes delata
siluetas de bellas mujeres que se compactan.

Sigo a mis pies y no me pierdo
dime que me pare y yo me desentiendo
una brisa del Izta refresca fluyendo
por un momento creo que todo comprendo
aquí se escuchan los coros divinos
entre bellotas, aire, cabañas y pinos
tierra sagrada de viejos indios
cantos y flores de dioses antiguos.

La magia se desata con este clima bueno
como mujer morena que te envuelve con su velo
caminando de frente con los pies en el suelo
es cuando estoy seguro de que en los dioses creo
gritas caminando para escuchar los ecos
te contesta el planeta en mil dialectos
olvidas la historia, olvidas los conceptos
transmutas en planta, en bestia, en insecto.

Así venimos todos en solidaridad
puros amigos, eso sí es felicidad
la banda pronto empieza a bailar
las cosas así brotan, solitas se darán
cafecito, vinito, benzedrina y chela
comienza una aventura, el destino nos espera
nosotros somos nadie, somos cualquiera
transeúntes anónimos fluyendo por la acera
disculpa si estaba borracho y no me acuerdo
el cosmos nos regresará pronto esos recuerdos
a aquellos los no cuerdos que todo hemos perdido
espérame tantito en lo que voy y vuelvo amigo
con un buen clima hay que salir del escondite
salir a fumar mois y acompañarla con esquites
me notas borrachón, no-no te fijes
sigue mi camino que sin fines se dirige
los tiempos solos regresarán
los recuerdos los cuerdos olvidarán
aquellos que se perdieron haciendo su plan
mientras yo me asoleo en Coyoacán
ese plano iluminado donde nada hay escondido
únete a los paso del andar conmigo
señorita me presento como su mejor amigo
un monstruo destilado de maguey, arroz y trigo
bestialidad fisionada en nuestras venas
ambulantes sin final, sin dudas ni penas
sin prejuicios ni moral que nos cercenan
sin carga consensual, de esa que pesa
la única fuerza recae en el olvido
de la divinidad mundana soy testigo
interminable fuente de amor, nena te digo
déjame bajar desde tus senos a tu ombligo.